Escribirte es darte algo de mí. Es materializarte el revoloteo de mariposas, el cosquilleo y la emoción previa a una visita tuya. Es plasmar en letras las aceleradas de corazón, es esbozar la sensación de paz que me regala el descansar sobre tu pecho o abrazarte. Escribirte es explicarte con palabras esos copitos de algodón que se depositan en mi pecho cada vez que te extraño de manera extrema. Es “dibujar” sobre el papel la sensación de estar navegando en tu mirada y sentir felicidad infinita. Escribirte es abrirte mi mundo (que ya es tuyo), es perder el miedo, bajar la guardia y entregarme por completo a ti.
Escribirte es apaciguar la locura de correr a tu encuentro, es darme cuenta que sigo con los pies en la tierra cuando siento que estoy volando, es creer en ti, es amarte.
Por eso, mientras haya amor, habrá letras y habrá inspiración revoloteando en mi cabeza esperando descansar en tu papel.
Te amo, Diego, por hacer de mis letras una sonrisa infinita.